ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Como siempre nuestra oración va a ser al aire del
Espíritu y HOY de un modo especial. Abajo
dejo un comentario para la reflexión anterior a la oración.
La Palabra es enormemente rica. Necesitamos
vitalmente dejarnos interpelar por el Espíritu en la realidad concreta de
nuestras vidas.
Cualquiera de los cantos que pongo o cualquiera
de los que conozcas pueden ayudarnos a adentrarnos en nosotros.
No temas… No pongas barreras: el Espíritu viene en ayuda de nuestra fragilidad. Déjale actuar… Haz silencio en tu corazón y déjate llevar. Gusta
lo bueno que es el Señor…Su Espíritu te llevará por caminos insospechados.
¡Feliz fiesta!
Si tienes posibilidad de acercarte a alguna Vigilia
pues… ánimo.
En la Parroquia de Guadalupe en Madrid hay una Ecuménica.
Si estás allí anímate… si no tienes comunidad o parroquia donde celebrarlo.
¡VENI SANCTE SPRITUS!
Oración Colecta
Oh Dios, Padre nuestro:
Haz, te pedimos, que el Espíritu Santo
nos sorprenda con el don del ardor y del vigor
cristianos;
que nos rejuvenezca y nos renueve
como lo hizo con los miembros de la Iglesia
recién nacida.
Que tu Espíritu renueve nuestros días, nuestro
amor y nuestra vida;
que nos traiga ternura y alegría
junto con apertura y acogida para con todos;
que nos fortalezca con valentía y coraje
para defender y apoyar todo lo que es recto y
justo.
Que el mismo Espíritu nos una en su amor y nos
lleve a ti.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo, nuestro
Señor.
Primera lectura
¿Cómo es que cada
uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa?
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Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.»
Salmo
Sal
103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
R/. Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra
Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.
Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.
R/. Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra
Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.
Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.
Segunda lectura
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):
En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común
Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del
Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad
de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un
mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para
el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y
todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así
es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos
sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos
bebido de un solo Espíritu.
HYMNUS VENI CREATOR SPIRITUS
Secuencia
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos
en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró
Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el
Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
HOY ESCRIBE Mª CELESTE CROSTAROSA EN SUS 'DIÁLOGOS DEL ALMA':
Me sorprende y
admira cuando derramas tu luz sobre mi y me haces ver todas las obras
maravillosas que tu Espíritu realiza en el fondo de mi alma, cuántos frutos de
amor y de misericordia, y cómo apartas la tierra de mi corazón y separas la luz
de las tinieblas, sin intervención mía.
Y si esto es
lo que mi debilidad puede comprender de ti, ¿Qué será lo que tienes reservado
allí arriba en el cielo para los que te aman? D 9 50
Comentario al Evangelio
Poco a poco, vamos aprendiendo a vivir sin
interioridad. Ya no necesitamos estar en contacto con lo mejor que hay dentro de nosotros.
Nos basta con vivir entretenidos. Nos
contentamos con funcionar sin alma y alimentarnos solo de pan. No queremos
exponernos a buscar la verdad. ¡Ven, Espíritu Santo y libéranos del
vacío interior!
Ya sabemos vivir sin raíces y sin metas.
Nos basta con dejarnos programar desde fuera. Nos movemos y
agitamos sin cesar, pero no sabemos qué queremos ni hacia dónde
vamos. Estamos cada vez mejor informados, pero nos sentimos más
perdidos que nunca. Ven, Espíritu Santo y libéranos de la desorientación.
Apenas nos interesan ya las grandes cuestiones de la
existencia. No nos preocupa quedarnos sin luz para enfrentarnos a la vida.
Nos hemos hecho más escépticos pero también más frágiles e
inseguros. Queremos ser inteligentes y lúcidos. ¿Por qué no encontramos
sosiego y paz? ¿Por qué nos visita tanto la tristeza? Ven, Espíritu Santo y
libéranos de la oscuridad interior.
Queremos vivir más,
vivir mejor, vivir más tiempo, pero ¿vivir qué? Queremos sentirnos
bien, sentirnos mejor, pero ¿sentir qué? Buscamos disfrutar
intensamente de la vida, sacarle el máximo jugo, pero no nos contentamos solo con
pasarlo bien. Hacemos lo que nos apetece.
Apenas hay
prohibiciones ni terrenos vedados. ¿Por qué queremos algo diferente? Ven, Espíritu Santo y enséñanos a vivir.
Queremos ser libres e independientes,
y nos encontramos cada vez más solos. Necesitamos vivir y nos
encerramos en nuestro pequeño mundo, a veces tan aburrido. Necesitamos
sentirnos queridos y no sabemos crear contactos vivos y amistosos. Al
sexo le llamamos "amor" y al placer "felicidad", pero ¿quién
saciará nuestra sed? Ven, Espíritu Santo y enséñanos a amar.
En nuestra vida ya no hay sitio para
Dios. Su presencia ha quedado reprimida o atrofiada dentro de
nosotros. Llenos de ruidos por dentro, ya no podemos escuchar su voz. Volcados
en mil deseos y sensaciones, no acertamos a percibir su cercanía.
Sabemos hablar con todos menos con él. Hemos aprendido a vivir de
espaldas al Misterio. Ven, Espíritu Santo y enséñanos a creer.
Creyentes y no creyentes, poco
creyentes y malos creyentes, así peregrinamos todos muchas veces por
la vida. En la fiesta cristiana del Espíritu Santo a todos nos dice Jesús
lo que un día dijo a sus discípulos exhalando sobre ellos su
aliento: "Recibid el Espíritu Santo". Ese Espíritu que sostiene nuestras pobres vidas y alienta
nuestra débil fe puede penetrar en nosotros por caminos que solo él conoce. (fuente: Eclesalia)
CANTO
: ID Y ANUNCIAD EL EVANGELIO
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