0RANDO CON LA PALABRA DE DIOS
Domingo 5º
de Cuaresma - Ciclo C
HOY te
propongo, como siempre, que releas varias veces la Palabra de Dios, que
cojas el Evangelio y lo leas en clave de mujer.
Que te
dejes llevar por los silencios del mismo evangelio:
de Jesús, de la mujer.
de Jesús, de la mujer.
Que te
sitúes en tu verdad, que dejes que la mirada de amor de Dios
te provoque conversión, cambio de actitud, cambio de mirada.
La
semana pasada experimentábamos la alegría del
ENCUENTRO CON JESÚS. HOY de nuevo nos sale
al encuentro.
ENCUENTRO CON JESÚS. HOY de nuevo nos sale
al encuentro.
Haz
silencio, acalla tus ruidos exteriores e interiores.
Déjate
conducir por la mirada: JESÚS HOY HACE ALGO NUEVO EN TI, EN MI, EN
LA
IGLESIA...
TODOS nos podemos poner en el lugar de la pecadora y también Jesús nos
llama a ponernos en su lugar. Hay pecados más sutiles. Nuestra hipocresía
es muy grande. SOMOS DE VERDAD UNA COMUNIDAD DE PECADORES CONTINUAMENTE
SALVADOS.
El
viernes santo cantamos: "En Él está nuestra salvación, vida y
resurrección. Él nos ha salvado y liberado. Nuestra gloria es la cruz del
Señor".
Te
sugiero que te dejes interpelar por JESÚS. QUE NO DIGAS NADA. QUE TE DEJES
ENVOLVER POR SU AMOR. ÉL TE DIRÁ LO QUE TU CORAZÓN DESEA.
"EN
ADELANTE, NO PEQUES MÁS".
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios de
vida:
Ésta es la
Buena Noticia de salvación,
que nos
proclamas hoy
por medio de tu imagen viviente,
Jesucristo:
El amor es
más fuerte que la muerte;
tú quieres
que el pecador viva
y que llegue
a ser totalmente nuevo.
Haz que no vivamos
por más tiempo
en el pasado
del pecado,
sino que
seamos libres para dar vida y para amar.
Danos un
corazón tan compasivo para con los hermanos
como el
tuyo, siempre indulgente y cariñoso para con nosotros.
Te lo
pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Primera lectura
Lectura del
libro de Isaías (43,16-21):
Así dice el
Señor, que abrió camino en el mar y senda en las aguas impetuosas; que sacó a
batalla carros y caballos, tropa con sus valientes; caían para no levantarse,
se apagaron como mecha que se extingue. No recordéis lo de antaño, no penséis
en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?
Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo. Me glorificarán las bestias
del campo, chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el desierto, ríos en
el yermo, para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo
formé, para que proclamara mi alabanza.
Salmo
Sal
125,1-2ab.2cd-3.4-5.6
R/. El Señor
ha estado grande con nosotros, y estamos alegres
Cuando el
Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía
soñar:
la boca se
nos llenaba de risas,
la lengua de
cantares. R/.
Hasta los
gentiles decían:
«El Señor ha
estado grande con ellos.»
El Señor ha
estado grande con nosotros,
y estamos
alegres. R/.
Que el Señor
cambie nuestra suerte,
como los
torrentes del Negueb.
Los que
sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares. R/..
Al ir, iba
llorando, llevando la semilla;
al volver,
vuelve cantando,
trayendo sus
gavillas. R/.
Segunda lectura
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (3,8-14):

Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (8,1-11):
En aquel
tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de
nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas
y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en
medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante
adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué
dices?»
Le
preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose,
escribía con el dedo en el suelo.
Como
insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que
le tire la primera piedra.»
E
inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron
escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con
la mujer, en medio, que seguía allí delante.
Jesús se
incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha
condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.»
Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no
peques más.»
COMENTARIO: AMIGO DE LA MUJER
¿Qué encontraban en él las mujeres?, ¿por qué las atraía
tanto? La respuesta que ofrecen los relatos evangélicos es clara. Jesús las
mira con ojos diferentes. Las trata con una ternura desconocida, defiende su
dignidad, las acoge como discípulas. Nadie las había tratado así.
La gente las veía como fuente de impureza ritual. Rompiendo
tabúes y prejuicios, Jesús se acerca a ellas sin temor alguno, las acepta a su
mesa y hasta se deja acariciar por una prostituta agradecida.
Los hombres las consideraban como ocasión y fuente de
pecado. Desde niños se les advertía para no caer en sus artes de seducción.
Jesús, sin embargo, pone el acento en la responsabilidad de los varones: «Todo
el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón».
Se entiende la reacción de Jesús cuando le presentan a una
mujer sorprendida en adulterio, con intención de lapidarla. Nadie habla del
varón. Es lo que ocurría siempre en aquella sociedad machista. Se condena a la
mujer porque ha deshonrado a la familia y se disculpa con facilidad al varón.
Jesús no soporta la hipocresía social construida por el
dominio de los hombres. Con sencillez y valentía admirables, pone verdad,
justicia y compasión: «el que esté sin pecado que arroje la primera piedra».
Los acusadores se retiran avergonzados. Saben que ellos son los más
responsables de los adulterios que se cometen en aquella sociedad.
Jesús se dirige a aquella mujer humillada con ternura y
respeto: «Tampoco yo te condeno». Vete, sigue caminando en tu vida y, «en
adelante, no peques más». Jesús confía en ella, le desea lo mejor y le anima a
no pecar. Pero, de sus labios no saldrá condena alguna.
¿Quién nos enseñará a mirar hoy a la mujer con los ojos de
Jesús?, ¿quién introducirá en la Iglesia y en la sociedad la verdad, la
justicia y la defensa de la mujer al estilo de Jesús?
José Antonio Pagola
... Ahí se ve claro que ellos lo que desean es condenar a JESÚS y buscar una excusa que a ellos no les traiga complicaciones, por eso han traído a la mujer, la parte más débil, la que no tiene derecho a defenderse, eso es lo más fácil para ellos, pues no intentará salvarla nadie, ni su propia familia, ya que ellos la repudiarán. ...
A Jesús le gusta encontrarse con los pobres y marginados, con los que "no cuentan", y esa mujer "utilizada" por los jerarcas religiosos como pretexto para condenar a Jesús, va a tener la dicha de encontrarse con la mirada misericordiosa del Maestro, del Señor. ...
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.»

Dice Mª Celeste:
Tú, Verbo (JESÚS, la Palabra en acción), Sabiduría eterna, compadecido de esta pobre mujer, te inclinaste, te abajaste, te humillaste hasta la tierra y, tomando carne humana, con el dedo de tu eterna sabiduría, sobre la tierra de tu sagrada humanidad, todos los pecados de la naturaleza humana, los pecados de todos los hombres, con caracteres de sangre, con las llagas sagradas de tu sagrado cuerpo. Oh escritura tremenda en la que el pecador lee todos sus pecados y ve su eterna condenación. Allí está su sentencia de muerte eterna.
...
Entonces el alma hace justicia a su Dios, espera de él su salvación, porque Él, el HOMBRE DIOS, ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE SUS pobrezas y desprecios, Y ALLÍ HACE JUSTICIA AL PADRE DIOS EN LUGAR DEL ALMA AMANTE FIEL. (Del Jardín Interior 226-227. Comentario a Jn 8 1-11)