miércoles, 8 de mayo de 2013

NO. YO NO DEJO LA TIERRA.

COMO SIEMPRE, retoma lo primero las lecturas, vete gustándolas y preparando así tu oración Y corazón, todo tu ser. 

Puedes leer algún comentario a las lecturas. p.e.
http://homiletica.org/PDF054/aahomiletica007368.pdf


Si necesitas más preparación para esta oración contemplativa acude a comentarios de los Santos Padres por ejemplo, o de teólogos contemporáneos que te ayuden a profundizar en el texto y a vivir el encuentro con el Señor dejándote sorprender por el ENVÍO que HOY te hace.



 "El camino es el trazado por el testimonio. Los apóstoles son los enviados, no llevan nada propio, pero se hacen 
vida, movimiento, camino, encuentro, camino que hace florecer la vida a cualquier 
parte que llegue."





Canto de la liturgia de las Horas:

No; yo no dejo la tierra.

No; yo no olvido a los hombres.

Aquí, yo he dejado la guerra;
arriba, están vuestros nombres".



¿Qué hacéis mirando al cielo, 
varones,sin alegría?


Lo que ahora parece un vuelo

ya es vuelta y es cercanía.


El gozo es mi testigo.
La paz, mi presencia viva,
que, al irme, se va conmigo
la cautividad cautiva.



El cielo ha comenzado.
Vosotros sois mi cosecha,
El padre ya os ha sentado
conmigo, a su derecha.



Partid frente a la aurora.
Salvad a todo el que crea.
Vosotros marcáis mi hora.
Comienza vuestra tarea.




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (1,1-11):

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.

Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.»

Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»

Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista.

Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»

Salmo
Sal 46,2-3.6-7.8-9

R/. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas

Pueblos todos batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R/.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R/.

Porque Dios es el rey del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,17-23):



Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

Evangelio
Conclusión del santo evangelio según san Lucas (24,46-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»

Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

COMENTARIOS:

http://mercaba.org/DIESDOMINI/PASCUA/ASCENSION/HO-C-2.htm

VIDEO DE REGINA GOBERNÁ, BENEDICTINA
http://www.youtube.com/watch?v=1xPo1OBVRH


¿TANTA PRISA TIENES, SEÑOR, POR MARCHARTE?
J.Leoz

Es tu último Misterio, Señor,
después de haber estado en medio de nosotros.
Te vimos Niño, y ante Ti nos arrodillamos
Te vimos en huída forzada hacia Egipto,
y conmovidos te acompañamos
Fuiste adorado por pastores
y, entre ellos,
dejamos ante Ti mil y un presentes.
¿Y ahora? ¿Por qué te vas, Señor?
Hemos contemplado asombrados
la hondura y el crecimiento de tu obra divina;
Hemos visto como tu mano curaba a cientos de heridos
cómo resucitabas a jóvenes,
 y como levantaste …. hasta tu mejor amigo.
Hemos visto multiplicarse los panes y los peces
y, a continuación, a amigos y enemigos
con tanto alimento hartarse.
¿Y, ahora? ¿Dónde te vas, Señor?
Te acogimos Niño y, como joven que fuiste,
nos hablaste de altos ideales:
del amor sin horizontes y gratuito
de la verdad sin medias tintas
del cariño sin farsa ni contraprestaciones,
de la pobreza como fuente de riqueza
y de la riqueza como espoleta de pobreza
¿Y, ahora? ¿Tanta necesidad de marcharte tienes, Señor?
Nuestros oídos, Jesús,
siguen reteniendo el sonido de tu voz de profeta:
¡Convertíos! ¡Allanad el camino! ¡Perdonad!
Los caminos del Palestina de nuestro corazón
siguen iluminados por tu Verdad y por tu Gracia
Los caminos de la Jerusalén de nuestra alma
buscan y reverdecen al calor de tu Pasión y de tu Muerte.
¿Y, ahora? ¿Por qué, Señor, has de marcharte?
Déjanos, por lo menos, el sendero de tu Ascensión
iluminado por el resplandor del Espíritu
Fortalecido, con el auxilio de tu Espíritu
Asegurado, con la presencia de tu Espíritu
Indicado, por el consejo de tu Espíritu
Amén.





Mª CELESTE NOS DEJA HOY ESTA PALABRA:

Esta es la voluntad del

Padre manifestada por la 

boca del Hijo, que no se 

perderían los que su Padre

le había dado, sino que él 

los RESUCITARÍA en un día 

nuevo, EN EL ÚLTIMO DÍA. Mª CELESTE CROSTAROSA-Jardín Interior 202 - Comentario a Jn 6, 39-40s