sábado, 2 de junio de 2012

ORACIÓN EL SENTIDO HACIA EL QUE CAMINAMOS: en Él vivimos nos movemos y existimos.


Santisima Trinidad - Ciclo B




Hoy, Día de la Vida contemplativa… Día de un amor que se desborda y vive en comunión, que viene a hacerse UNO con y en  nosotros. Damos gracias a Dios por todas las comunidades de Monjes y Monjas y eremitas y  extendidas por el mundo, por todos los que viven una vida en comunidad que nos recuerda el SENTIDO  hacia el que caminamos.


ORACIÓN COLECTA

Oh Dios Padre nuestro,  querido, vivo, afectuoso,
tú eres todo ternura y amistad.
Tú estableciste una unión permanente de vida y de amor
entre ti  y nosotros en el momento de  la Alianza. 
Gracias por todo tu amor.
Gracias por darnos a tu Hijo Jesús como a hermano nuestro 
para acompañarnos en el camino de la vida.
Gracias por el Espíritu Santo que nos conduce a ti.
Que él nos guíe también hacia los hermanos
y nos haga ser un solo corazón y una sola alma.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.  R/  Amén


Primera lectura
Primera lectura: Dt 4,32-34.39-40
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.



Salmo
Salmo responsorial: 32

Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.


La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

Segunda lectura
Segunda lectura: Rm 8,14-17
Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.


Evangelio
Evangelio: Mt 28,16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» 

  
ORACIÓN



Vivir la experiencia del Amor de Dios significa descubrirme como HIjO/A AMADO/A.

¿ME DEJO CONOCER POR EL SEÑOR?
¿LE DEJO QUE ME DIGA QUIÉN SOY?

Acallo mi yo pequeño y dejo que DIOS PRONUNCIE EN MI SU PALABRA DE AMOR.
Me sé único, amado y querido.

¿Qué percibo?
¿Qué experimento?


Mª Celeste nos deja HOY este texto: 


Encontrándome delante de mi Señor para encomendarle un asunto de mi prójimo, el Padre, mi Dios, se manifestó en mi alma en espíritu de luz y me dijo:

"Déjame a mí, tu Padre, el cuidado de todas tus cosas y de ti misma.Yo soy tu Padre. Te concederé lo que quieras." Al mismo tiempo y en la misma luz se me mostraron las tres divinas personas.

Mi Padre me recibió por Hija suya para siempre y me dio un vestido riquísimo que me cubría enteramente y que era su divina voluntad con la cuál quería él que estuviera vestida en todo tiempo como verdadera hija suya. 

Después, el Verbo, Dios amante, me declaraba hija suya para siempre con un amor dulcísimo. ...

El Espíritu Santo era el que me adornaba  y realizaba la obra. 

Y me dijo al alma:
Recibe mi corazón para amarme con mi mismo amor por toda la eternidad.
Después, el alma quedó en un puro gozo de Dios. Y ella ama a Dios con el Amor del Verbo, hombre de Dios, su amante esposo." D 9 56

------------------

REFLEXIÓN:

Historia feliz de muchas copias y de un Original, muy muy original.

Creo en un Dios comunidad, en un Dios familia. No en un dios huraño, solitario, ajeno a la realidad. Sí omnipotente, pero también “omnimisericorde” (y si no existe esa palabra, la acabamos de inventar). Sí inmutable, pero no impasible. No le damos igual, si no, no se habría hecho humano, carne nuestra, en Jesucristo, su Hijo.
Es verdad que no nos necesitaba, que Él solito se bastaba y era pleno y feliz; pero en su generosidad quiso entregarse y comunicarse con nosotros, y en su amor de Padre nos creó. Libres y capaces de amar nos creó. Y le gustó su obra y vio que era buenísima. Sin duda, seguimos siendo buenísimos, pues ¡somos imagen y semejanza suya!, pero no somos Dios.
No somos tan perfectos, tan buenos, tan santos, tan justos… somos una copia suya, una imagen pequeñita, a escala, de las que si la estiras mucho se pixela y se deforma. Y tanto nos pixelamos que se nos olvidó la imagen que todos llevábamos dentro; y necesitamos VERLE, TOCARLE Y SENTIRLE de nuevo entre nosotros. Y, como le necesitábamos, vino. Y se hizo carne. Y se hizo Palabra viva que se escuchaba y se entendía y que hablaba con autoridad sin tener que gritar. Pero tanta Luz y tanta Verdad desbordaron, cegaron y molestaron a muchosy trataron de sujetar esa Palabra con clavos a una cruz, para que no hablara más. 
Pero Él que era libre, profundamente libre, entregó su vida y amó a cada hombre, hasta a sus asesinos.
Nos enseñó a caminar en el mundo con otra luz y sentido, a confiar y amar a Abbá, su Padre, y nuestro Padre. Y, para no dejarnos jamás solos, ni débiles, ni desamparados, nos dio su Espíritu, su fuerza. El que le une al Padre. El que nos dio la vida y el que nos dará la Vida. El que está presente y vivo en cada hombre y mujer de buena voluntad. El que nos hace plenos, felices e inmortales. El que nos une a nosotros con Dios, en su misma familia, en su misma comunidad. El que nos hace hermanos, pues es el mismo Espíritu, y también nos hace Hijos y herederos del mejor Padre, del más generoso. Por eso, y solo por eso, hemos sido bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Y aunque dudemos a veces, como los discípulos, y humano es que nos pase, Él siempre estará ahí muy dentro y muy presente en nuestra vida: comprendiendo, amando, perdonando, esperando y sintiéndonos de su familia.
Victor Chacón, misionero redentorista y diácono  (facebook)

     

AL CRISTO DE LA TRINIDAD



Tus manos sobre los hombres 

para llevarnos a Dios 

y acogidos en familia de igualdad 

que es comunión. 

Tus manos 

en las del Padre, 

corriente 

de un mismo 

Espíritu.


Tus manos en cruz 


tendidas hacia las manos del Mundo, 

rutas del tiempo nuevo,


Camino, Verdad y Vida.


Trinidad que pisa el suelo para hacernos 

todo a todos:


Manos-Casa, Llagas-Pascua, Alas-Vuelo 

¡Uno y nuestro! 


Trinidad que nos arrastra, lucha 

adentro, pueblo adentro, con el Hijo,


como hermanos, 

por tanto camino incierto.


Pedro Casaldáliga