domingo, 9 de enero de 2011




M.Celeste nos dice:
Entra en mi, tu Dios, y me poseerás.
Yo soy el espejo puro; 
mírame y tendrás vida en mi Padre, 
el cual se complace siempre 
en mirarme en su gozo eterno; 
al entrar en mí poseerás al Padre, 
santidad por esencia.
D 9 42

--------------------------

Jesús vio que el Espíritu bajaba sobre él.
Ésta es la experiencia máxima de un ser humano
Si tenemos en cuenta que Dios-Espíritu no tiene que venir de ninguna parte,
porque está en nosotros antes de que nosotros empezáramos a ser.


Descubrir el Espíritu en lo hondo de mi ser,
es el segundo nacimiento que Jesús pide a Nicodemo.
Con esa experiencia, comienza otra Vida que es la verdadera.
Es la misma Vida que es Dios la que se despliega en mí.


No tengo que romperme la cabeza para conseguirla.
Es un don que el mismo Dios me ha hecho ya.
Estoy preñado de Dios
Lo único que tengo que hacer es atreverme a darle a luz

F.Marcos