domingo, 18 de septiembre de 2011

Para mí la vida es Cristo


HOY


OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: 

Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Meditación-Contemplación:

Hoy entro poco a poco en el silencio y, como siempre, escucho el susurro de mi interior.
Puedo poner alguna música silenciosa de fondo, si me ayuda, y poco a poco disponerme a la escucha.
(Personalmente prefiero el silencio).
La semana pasada retomamos experiencias de perdón.
Hoy puedo quedarme con la experiencia de DIOS AMOR, Dios de ternura y misericordia.
No hacen falta palabras. Una simple mirada me llevará al encuentro con el Amor sin medida.

Al terminar podré decir con San Pablo:

Para mí la vida es Cristo.


Oración


Pidámosle a Dios que sintonice nuestros pensamientos con los suyos.



Señor Dios nuestro.
Tú dices de ti mismo que eres bueno 
con un amor que sobrepasa incluso a tu sentido de justicia.
Gracias por aceptar tanto a los pequeños como a los grandes,
a los que vuelven a ti a última hora
como a los que, por tu amoroso llamado,
han trabajado duro en tu viña toda la vida.
Ábrenos más a los dones gratuitos de tu gracia;
haz que los aceptemos con gratitud
y que apreciemos cuando das generosamente a otros.
Transforma nuestros caminos egoístas
en tus caminos de amor.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (55, 6-9):

Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos –oráculo del Señor–. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que vuestros planes.
Salmo

Sal 144

R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan

Día tras día, te bendeciré, Dios mío
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1,20c-24.27a):

Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.


Evangelio


Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»




Hoy nos dice Mª Celeste:
No desprecies a nadie en su pequeñez porque en mi reino son los más grandes los que más me han amado; en él no hay linajes ni ni riquezas ni bellas inteligencias ni grandes saberes. Todas estas cosas yo las entierro en la nada. D 2 32